Estructura:
Es de compás ¾. Se usa en finales de fiestas flamencas, es muy vivo de ejecución y alegre y aveces puede emplearse las castañuelas para bailarlo.
Al Alosno onubense se le llama "la cuna del fandango" por su fertilidad creadora; no ha tenido competidor que tanto y tan bueno haya aportado al género. El alosnero de la grandeza jonda fue Francisco Gómez Arreciado, Paco Toronjo (Alosno, Huelva, 1928 - Huelva, 1998), que nos introduce su cante con quejíos de seguiriya. La interpretación de estos fandangos, lejos del aroma popular de otras versiones, tiene una introducción que más parece un fandango natural, aunque sólo comenzar el fandango aparecen todas las esencias del cante valiente alosnero, en melodía y en ritmo.
Siguiendo el modelo personal de afrontar estos cantes, Toronjo nos envuelve de nuevo en la estética del cante grande. En este caso el modelo de Valverde del Camino, de entonaciones comprometidas y de no fácil ejecución. Apreciarán la dificultad en los versos "el fandango de Valverde" y "Huelva se siente orgullosa".
El huelvano Cerro del Andévalo posee un bello ejemplo de fandango folklórico, que se ofrece en una versión repleta de intensidad flamenca. En su origen es bailable y cantado a coro, pero al hacerse flamenco ha ido adquiriendo las características propias del cante. La melodía define las líneas maestras de este bellísimo estilo.
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