Perteneciente al grupo de las tonás, cuna de todos los estilos flamencos primitivos, el martinete es como una reliquia de esos viejos cantes sin acompañamiento musical – a palo seco- relacionados con los ritos domésticos y laborales de los gitanos, en este caso con el de las fraguas. Sus letras constituyen sin excepción una crónica de la desventurada lucha pro la vida de los gitanos. No ha experimentado ninguna ostensible evolución desde sus oscuros orígenes a fines del XVIII. Junto a la debla, la carcelera y las tonás propiamente dichas, el martinete se ha conservado incólume casi en la clandestinidad de os hogares gitanos bajoandaluces, apenas reformado por la propia creatividad o la improvisación de sus más genuinos intérpretes.
El martinete nunca se bailó. Al menos, no se bailó hasta ya bien entrado nuestro siglo, cuando Vicente Escudero creó una versión más bien heterodoxa a partir de la primitiva forma del cante. Al carecer de un compás preciso, dentro de esos arquetipos flamencos considerados ad libitum, el martinete sólo podía adaptarse al baile de acuerdo con la más espontánea libertad de ejecución, solo obediente a las pautas de dramatismo del cante.
- Compás combinado de 2x4 y 3x4.
- Varias coplas.
- Escobilla subida y cierre.
- Varias coplas.
- Escobilla y despedida con "ayes".
¡¡¡QUÉ BIEN....MARINA!!! Un tesoro has preparado:
ResponderEliminarTe felicito. Me has recordado a Angel Alvarez Caballero-El Canta Flamenco- que hace 15 años tengo...Te visitaré mucho si mi cabecilla me lo permite...Me gustaría buscaras en mi blog GRANADA.
SE FELIZ. Ah, gracias por tu bondad hacia mí..Un beso.